El próximo salto de Google en el mundo de los smartphones viene marcado por el debut de su procesador Tensor G5, que acompañará a la nueva generación de dispositivos Pixel 10. Este movimiento, más allá de la renovación habitual del hardware, implica un cambio estratégico notable: por primera vez, Google ha encargado la fabricación en masa de sus chips a TSMC, dejando atrás a Samsung Foundry, que hasta ahora había sido su socio principal en semiconductores.
Durante años, Samsung fue el encargado de fabricar los procesadores personalizados para la gama Pixel, con una relación que arrancó con el primer Tensor para el Pixel 6. Sin embargo, la decisión de Google de apostar por TSMC ha causado revuelo interno en la compañía surcoreana, que no se esperaba perder a un cliente tan relevante, especialmente en un contexto donde otras grandes firmas como Qualcomm y NVIDIA ya habían tomado decisiones similares en favor de la firma taiwanesa.
Motivos del cambio: eficiencia y fiabilidad en el Tensor G5
La razón fundamental detrás del salto de Google hacia TSMC radica en la mayor fiabilidad y rendimiento que ofrece la tecnología de 3nm N3E de la compañía taiwanesa. En los últimos tiempos, Samsung venía sufriendo problemas de rendimiento y bajos porcentajes de éxito en la fabricación de chips con sus nodos más avanzados, situando el rendimiento en torno al 50%, frente al 90% de TSMC. Esto suponía no solo más costes, sino también un riesgo para la estabilidad y las prestaciones de los Pixel.
Además, Google quería ir más allá en las capacidades de su procesador y en la diversificación de funciones vinculadas a la IA, un terreno en el que Samsung se había quedado algo corta en cuanto a diseño y recursos tecnológicos. Por ello, la compañía ha apostado por una nueva generación de chips fabricados íntegramente por TSMC que, según las filtraciones, estarán presentes desde el Pixel 10 hasta el Pixel 14, lo que podría asegurar hasta cinco años de desarrollo conjunto.
La reacción de Samsung y el futuro del sector
La noticia no ha sentado nada bien en la sede de Samsung. Los altos cargos han iniciado un proceso de análisis y autocrítica para identificar los motivos que han provocado la fuga de Google, su último gran cliente exclusivo en el ámbito de chips avanzados. La caída de cuota de mercado y los problemas con la fabricación de los procesadores de 3nm han forzado a la empresa a plantearse nuevas estrategias, incluyendo la reestructuración interna y posibles alianzas con otras firmas como Synopsys, así como la diversificación hacia sectores como la automoción o la robótica.
En paralelo, Samsung ha conseguido avances en su tecnología de 2nm GAA, lo que podría abrir la puerta a recuperar antiguos clientes si logran mejorar el rendimiento y la eficiencia en futuras generaciones. El Exynos 2600, por ejemplo, será su carta de presentación en la próxima serie Galaxy S26, y su éxito podría ser determinante para el futuro de la división de semiconductores.
Todas las novedades en los Pixel 10 gracias al Tensor G5
El salto a TSMC supone mucho más que un mero cambio de proveedor: el nuevo Tensor G5 permitirá a Google exprimir al máximo la eficiencia energética y la gestión térmica de sus dispositivos, dos de los aspectos que más preocupaban a los usuarios en generaciones anteriores.
La serie Pixel 10 llegará en varias versiones —estándar, Pro, Pro XL e incluso Pro Fold— y todas ellas compartirán el nuevo procesador, que será el encargado, junto con hasta 16GB de RAM y Android 16, de potenciar funciones avanzadas de inteligencia artificial, fotografía y edición multimedia. Entre las mejoras destacan nuevas herramientas como edición de vídeo generativa por IA, ajustes de fotos por voz o transformación de bocetos en imágenes a través de funcionalidades nativas que ya no dependen de la nube.
En cuanto a las cámaras, el modelo base del Pixel 10 debutará con un sistema de triple lente, incorporando por primera vez un teleobjetivo, mientras que los modelos más avanzados conservarán sensores de mayor tamaño y mejores prestaciones ópticas. El propio Tensor G5 llevará un ISP mejorado, lo que permitirá grabación en 4K HDR a 60fps y nuevas capacidades de estabilización de vídeo, igualando o superando a rivales directos. La macrofotografía también vivirá una revolución, ya que ahora se podrá elegir entre ultra gran angular y teleobjetivo según la distancia, mejorando el detalle en primeros planos. Además, si quieres estar al día con los posibles cambios en la línea Pixel, te puede interesar consultar nuestra sección de mejores móviles por menos de 300 euros.
El diseño apenas sufrirá cambios, manteniendo líneas reconocibles y la barra de cámara trasera, aunque se esperan nuevos colores y sutiles retoques para diferenciarse dentro del catálogo Pixel. Respecto a la autonomía, se prevén mejoras notables gracias a la mayor eficiencia del Tensor G5, así como una experiencia más fluida en tareas vinculadas a la IA gracias a la capacidad de computación directa en el propio dispositivo.
El impacto a medio plazo y lo que nos espera este año
El estreno del Tensor G5 y el cambio de socio de Google marcarán un nuevo capítulo en la guerra de los chips para móviles. La respuesta de Samsung determinará si la firma surcoreana es capaz de recuperar terreno frente a TSMC, pero, por ahora, el liderazgo de los Pixel 10 en IA, fotografía computacional y edición multimedia nativa parece asegurado.
La presentación oficial de los Pixel 10 tendrá lugar el próximo 28 de agosto, y todo apunta a que veremos una gama de móviles que apuesta más que nunca por la innovación en software y hardware, de la mano de un procesador diseñado y fabricado a medida para Google. La competencia tendrá que responder a este movimiento y ver si Samsung logra atraer nuevamente a clientes de alto perfil en los próximos años.
La llegada del Tensor G5 marca un cambio significativo para la gama Pixel, consolidando a Google como uno de los actores más ambiciosos en la integración de IA y edición multimedia en dispositivos móviles, mientras Samsung reestructura su negocio para mantenerse relevante en la próxima ola tecnológica.