España se encuentra en una encrucijada clave a nivel geopolítico y tecnológico, con la posibilidad de convertirse en un actor central en la producción europea de tierras raras. Estos elementos, indispensables para la tecnología moderna y la transición energética, están ocultos bajo campos, montañas y suelos volcánicos en varias regiones del país. El potencial de sus yacimientos es inmenso, pero la explotación minera plantea complejos dilemas entre el progreso industrial, el desarrollo económico y la protección del medioambiente.
Actualmente, España no cuenta con minas activas de tierras raras, pero las investigaciones y proyectos en curso podrían cambiar radicalmente el panorama en los próximos años. El debate en torno a su extracción enfrenta a empresas, administraciones públicas, comunidades locales, ecologistas y organismos europeos. ¿Puede España liderar la producción de estos minerales críticos para la autonomía tecnológica europea? ¿A qué retos debe hacer frente para lograrlo, y qué implicaciones tiene para el país y el continente?
¿Qué son las tierras raras y por qué son estratégicas?
Las tierras raras no son ni “tierras” ni tan “raras” como podría parecer. El término hace referencia a 17 elementos químicos de la tabla periódica, incluidos los 15 lantánidos más el escandio y el itrio. Aunque se encuentran en concentraciones bajas (habitualmente entre 100 y 150 gramos por tonelada de roca), no son los elementos más escasos del planeta. Su denominación histórica surge de la dificultad para hallar yacimientos lo bastante concentrados y explotables, así como del aspecto terroso de algunos minerales que las contienen.
Estos elementos presentan propiedades magnéticas, ópticas y químicas únicas e insustituibles, lo que los convierte en materiales clave para innumerables aplicaciones tecnológicas modernas:
- Turbinas eólicas y generadores (imanes permanentes de alta eficiencia en energías renovables)
- Coches eléctricos e híbridos (baterías, motores y sistemas electrónicos avanzados)
- Teléfonos móviles, ordenadores y pantallas (circuitos, pantallas táctiles, micrófonos, altavoces y sistemas ópticos)
- Sistemas de defensa y aeroespaciales (radares, misiles, satélites, equipos de comunicación)
- Electrodomésticos, infraestructuras médicas y productos del hogar
El consumo global de tierras raras ha crecido exponencialmente en las últimas décadas. Cada habitante del mundo utiliza, directa o indirectamente, cerca de 17 gramos de tierras raras al año sólo en dispositivos electrónicos, mientras que sectores como el de la automoción eléctrica y la energía renovable demandan toneladas de estos materiales.
El cerio, el lantano, el neodimio, el praseodimio, el disprosio y el europio son algunos de los elementos más buscados. Por ejemplo, una sola turbina eólica puede contener entre 500 y 700 kilos de tierras raras, y cada coche eléctrico puede necesitar decenas de gramos para sus imanes y baterías.
Panorama internacional: quién controla el suministro de tierras raras
En el mundo, China lidera de forma casi absoluta la producción y el refinado de tierras raras, controlando alrededor del 80-90% de la oferta mundial y poseyendo cerca de la mitad de las reservas conocidas. Otras zonas relevantes son Australia, Brasil, India, Vietnam, Rusia, Estados Unidos y Canadá, aunque la UE sigue dependiendo completamente de la importación de estos materiales. Esta situación genera una grave vulnerabilidad estratégica, como se evidenció con las crisis de suministros recientes o los conflictos geopolíticos que afectan el comercio internacional de minerales críticos.
La Comisión Europea y la mayoría de países desarrollados han lanzado estrategias para diversificar el acceso y reforzar la autonomía en el suministro de tierras raras y minerales críticos, apostando por la exploración de nuevos yacimientos, el reciclaje y el desarrollo de tecnologías limpias de extracción.
En Europa, actualmente no existe ninguna gran mina de tierras raras en producción, aunque se han identificado yacimientos potenciales en países como España, Suecia y Groenlandia, así como depósitos submarinos en áreas próximas a Canarias y Galicia.
El yacimiento de Matamulas (Ciudad Real): epicentro estratégico y polémico
El yacimiento de Matamulas, ubicado en el Campo de Montiel (Ciudad Real), representa el mayor depósito conocido y el más estudiado en España. Identificado por la empresa Quantum Minería, se trata de unas gravas monacíticas ricas en monacita y xenotima, minerales con altos contenidos de tierras raras como cerio, lantano, neodimio, praseodimio y torio, aunque destaca por su alta concentración de europio y bajo contenido en torio (lo que reduce los riesgos radiológicos asociados).
El depósito se extiende a lo largo de unas 250 hectáreas entre Torrenueva y Torre de Juan Abad, encontrándose a tan solo 2-3 metros de profundidad en la mayoría de su superficie. La empresa sostiene que el yacimiento podría albergar entre 29.000 y 30.000 toneladas de tierras raras, con una previsión de extracción de 2.100 toneladas anuales durante una década, suficiente para cubrir hasta un 33% de la demanda europea anual de estos materiales, y llegando incluso al 100% de la demanda europea en escenarios de baja necesidad.
La gran ventaja competitiva de este yacimiento reside en su accesibilidad y bajo coste técnico de extracción, al encontrarse las gravas de monacita próximas a la superficie, a diferencia de otros proyectos en Europa donde los minerales se hallan a varios cientos de metros de profundidad.
Dimensión social, legal y medioambiental del proyecto
Desde su anuncio, el proyecto de Matamulas ha sido motivo de una férrea oposición social, ecologista y política. A pesar del potencial económico y las expectativas de empleo (la empresa calcula 150 empleos directos y 400 indirectos), numerosos colectivos como Sí a la Tierra Viva, Ecologistas en Acción y vecinos de la zona han denunciado los riesgos y el impacto ambiental asociados.
Principales preocupaciones y alegaciones:
- Consumo de agua: se estima que la actividad minera requeriría entre 310.000 y 500.000 m³ anuales en una región ya afectada por la sobreexplotación de acuíferos y episodios de sequía.
- Ubicación en áreas protegidas: el área del proyecto se encuentra en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y próxima al hábitat del lince ibérico y otras especies protegidas como el águila imperial y el sisón.
- Presencia de elementos radiactivos: la monacita puede estar asociada a torio y uranio, que representan riesgos de radiactividad y residuos peligrosos.
- Impacto sobre suelos agrícolas y economía local: la mina se ubicaría bajo extensiones de cultivo que constituyen la base económica de la comarca, además de afectar a bodegas y cooperativas emblemáticas.
Las autoridades ambientales de Castilla-La Mancha denegaron el proyecto tras una evaluación negativa de impacto ambiental y esta decisión fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia regional. Sin embargo, Quantum Minería ha presentado nuevas solicitudes para proyectos de investigación, centrados en zonas alejadas de hábitats sensibles y adaptando las técnicas de extracción a métodos considerados menos lesivos (movimiento de tierras sin reactivos químicos, restauración de la capa vegetal y devolución de los materiales al terreno original).
El conflicto, lejos de cerrarse, se ha recrudecido, con posicionamientos a favor (defensores del desarrollo local y la independencia tecnológica europea) y en contra (defensores del patrimonio natural y agrícola, así como de la economía basada en el turismo y la producción agroalimentaria).
La minería de tierras raras en España: retos, alternativas y futuro
- España consume actualmente unas 550 toneladas de tierras raras al año, la mayoría importadas de China, Italia, Francia y Austria, principalmente para las industrias del vidrio y la cerámica.
- La dependencia exterior es total, y no existe en el país una industria de transformación o refinado de estos elementos, lo que limita el valor añadido local y la autonomía industrial.
- El reciclaje de tierras raras es actualmente testimonial: menos del 1% de las utilizadas en la industria europea se recuperan, a pesar de la presencia de estos materiales en millones de productos desechados.
- España cuenta con una larga tradición minera y una geología diversa, comparable a la de países con grandes reservas, lo que abre la puerta a futuras investigaciones y proyectos si se superan las barreras ambientales y sociales.
Otras regiones con potencial de tierras raras en España
Además de Matamulas, existen otros yacimientos o indicios geológicos relevantes a lo largo del territorio nacional, identificados por proyectos de investigación europeos y nacionales:
- Monte Galiñeiro (Pontevedra, Galicia): Formaciones graníticas y plutónicas con mineralizaciones de bastnasita, monacita y xenotima. Considerado el entorno geológico más prometedor para su exploración en el noroeste peninsular.
- Fuerteventura (Canarias): Complejo basal y carbonatitas con concentraciones de tierras raras en valores de hasta 10 kg por tonelada de roca, 100 veces superiores a la media global. También se han identificado costras de manganeso polimetálicas en montes submarinos próximos a las islas.
- Almería: Presencia significativa de tierras raras en la Rambla de las Granatillas con potencial interés industrial.
- Extremadura: Proyectos mineros en fase de estudio, como la Mina de Las Navas y la de La Parrilla, incluidas en programas de impulso de la Unión Europea.
- Salamanca y Zamora (Domo del Tormes): Depósitos con proporciones destacadas de lantano, cerio y minerales asociados (tantalita, wolframio, estaño y uranio).
- Andalucía: Tras la elaboración de su primer mapa de minerales críticos, se identificó el potencial en antimonio, bario, berilio, bismuto, boratos, cobalto, estroncio, flúor, fosfatos, grafito, litio, platinoides, silicio, titanio, vanadio, wolframio y tierras raras.
- Depósitos submarinos: El Banco de Galicia, el Golfo de Cádiz y el Monte Tropic en Canarias, aunque estos últimos plantean desafíos técnicos, legales y diplomáticos (por la disputa internacional de aguas con Marruecos en el caso del monte Tropic).
La estrategia europea y nacional ante la necesidad de seguridad minera
La Comisión Europea ha desarrollado una hoja de ruta para identificar y promover proyectos de minería crítica, con 47 proyectos prioritarios en toda la UE, de los cuales siete corresponden a territorio español. Entre ellos destacan:
- Extracción de litio (clave para baterías de coches eléctricos)
- Extracción de wolframio
- Reciclaje de aparatos electrónicos y recuperación de metales estratégicos
Pese al potencial de Matamulas, el proyecto de Quantum Minería no ha sido incluido entre los seleccionados por la Comisión Europea, principalmente por cuestiones relativas a la madurez de los proyectos y su viabilidad ambiental y social. España está actualizando su marco jurídico en materia minera y ha anunciado nuevos planes de acción (como el Plan de Acción 2025-2029) incluidas ayudas públicas para identificar, extraer y recuperar minerales esenciales y la redacción de una nueva Ley de Minas adaptada a los desafíos actuales.
El Gobierno, junto con las Comunidades Autónomas y organismos científicos como el IGME y el CSIC, impulsa un Gran Programa Nacional de Exploración Minera y promueve el reciclaje de tierras raras presentes en más de 1.000 balsas, filones y escombreras de proyectos mineros antiguos, en busca de recursos secundarios de alto valor estratégico.
Minerales críticos asociados y la importancia de la transición ecológica
Las tierras raras forman parte de un grupo más amplio de minerales críticos imprescindibles para la transición energética y la digitalización: litio, cobalto, níquel, grafito, telurio, coltán, tungsteno, entre otros. España posee reservas de varios de estos elementos, aunque su extracción y procesado enfrenta problemas semejantes de rentabilidad, sostenibilidad y aceptación social.
En Castilla y León y Galicia se encuentra el 10% de las reservas mundiales de tungsteno, con reservas significativas de litio en Extremadura y cobalto en Andalucía. La mina de Penouta (Orense) es el único yacimiento europeo donde extraer los compuestos básicos del coltán (niobio y tantalio), vitales para dispositivos electrónicos.
No obstante, España carece por ahora de una industria de transformación de estos minerales y la mayor parte de la producción potencial debería exportarse para su refinado y puesta en valor. La apuesta por la investigación, el desarrollo tecnológico y el respeto ambiental es fundamental para aprovechar estos recursos de forma sostenible y competitiva.
Reciclaje, economía circular y retos a futuro
Expertos y organizaciones ecologistas coinciden en que, más allá de la apertura de nuevas minas, el reciclaje de productos electrónicos y la recuperación de tierras raras de residuos industriales, vertederos y escombreras es la vía más eficiente, sostenible y menos conflictiva para el futuro. La UE trabaja en normativas para incrementar el reciclaje de minerales críticos y promover una verdadera economía circular.
España afronta desafíos ineludibles a la hora de equilibrar el desarrollo energético y digital con la conservación ambiental, la participación ciudadana y el respeto por la economía rural y tradicional. El debate sobre Matamulas es un reflejo de los dilemas a los que se enfrentan todas las sociedades avanzadas: cómo asegurar los materiales indispensables para la industria moderna sin sacrificar el patrimonio natural y social de los territorios. El país se encuentra ante una oportunidad histórica para redefinir su papel en la economía tecnológica y sostenible de Europa. Gestionar con inteligencia, transparencia y consenso los yacimientos y recursos de tierras raras puede situar a España en la vanguardia del siglo XXI, siempre que se antepongan la ciencia, el diálogo social y la visión a largo plazo frente a la urgencia y la improvisación.